viernes, 2 de marzo de 2012

ESTA HISTORIA ERA PARA MAÑANA SABADO TRES DE MARZO, MEJOR TE LA EMPIEZO A CONTAR DESDE AHORA "LA FORESTAL"



“Como olvidarte,
oh Villa Guillermina”, la frase tan
conocida del viejo "chamamé", trae remembranzas de un tiempo que
parece ir perdiéndose lentamente. El pueblito más conocido del Norte
santafesino que resplandeciera con La Forestal, aquella compañía inglesa que
luego explotara hasta su muerte, los quebrachales y la esperanza de mucha
gente, languidece allí a la espera de otro despertar, para seguir existiendo.
-¿Sabe porqué le pusieron su nombre don Miño? "¿Sabés porqué?. Nací
mellizo y mi hermano estaba bien, pero yo era el que había salido mal. Ante eso
los dichos del médico fueron: "hay que salvar a uno de los dos", y me
dejaron a mí esperando lo peor. Por esto estuve en estado de coma durante tres
días. Mi padre, ante una reacción que experimenté en la salud, dijo:
"vamos a ponerle por nombre Manuel del Jesús, y aquí estoy -comenzó su
relato Don Miño- éramos nueve hermanos entre los que peleamos a la vida para
ganarnos el par de "alpargatas" en la calle, para ayudar a nuestro
hogar, por lo que hicimos de todo. Villa Guillermina, donde nací, era un pueblo
pintoresco, muy lindo en donde todos estábamos unidos y podríamos decir que no
nos faltaba nada. La gente era buena y trabajadora. En la fábrica de La
Forestal mi padre fue "jornalero" y allí me dieron trabajo también de
chico para ayudar el sostén de casa. Hice de ayudante de laboratorio químico,
ya que había ido a la Escuela de Artes y Oficios en donde aprendí de química la
parte práctica". -La infancia de Don Manuel nutrida del encanto de un
pueblo con reminiscencias de una postal de la campiña de Inglaterra, estuvo
inmersa en las alegrías y los sinsabores de una época que marcó profundamente a
la amplia comunidad norteña, incluso con huellas de sangre. "Yo estuve en
la llamada revolución de Lamazón, cuando lo mataron al famoso
"caudillo" Radical, vivía a tres cuadras de su casa y nos criamos
juntos con sus hijos. Era un pibe de apenas quince años y como todos los chicos
del poblado, iba a los comité cuando había asados, ya que sabían obsequiarlo.
Un señor me había dado "una orden" para que vaya a retirarlo. En ese
momento cuando estaba llegando se armó el tiroteo en la calle. Se aproximaba el
último tren proveniente de Puerto "Piracuacito" de Corrientes, desde
donde La Forestal trasladaba el "tanino" (producto del quebracho) a
Buenos Aires. Este momento fue el de la emboscada que le prepararon al
"caudillo" y donde en un tiroteo infernal, le dieron muerte. Lo
mataron por su política -sigue contando Don Manuel- el defendía al pueblo y a
los pobres. Yo tenía quince años, como te dije, y presencié este asesinato, el
de Rogelio Lamazón. El era opositor de un candidato que "grandes
intereses" ponían como "favorito", y quería que los trabajadores
tuvieran todos los derechos y no solo la alimentación, porque trabajo era lo
que sobraba por entonces". -Cuenta la historia que los pueblos levantados
por La Forestal gozaban de ciertas comodidades, que a ciudades como la nuestra,
para tomar un ejemplo, todavía le están llegando. Pero la cosa no era tan
pareja y el reparto de los bienes para nada equitativo, ya que acentuaban
profundamente las diferencias entre la gente. "Guillermina tenía servicio
de cloacas, agua corriente de red y teléfonos, es cierto, pero los que gozaban
de toda esa modernidad, en tiempos impensados en el Norte, eran nada mas que
los empleados de una clase media alta. La población estaba dividida, ya que
ellos vivían en casas con todas las comodidades previstas. En tanto los
trabajadores comunes se alojaban en el llamado "pueblo nuevo",
separados físicamente y además por los créditos de las libretas. Las
distinguidas eran de color negro y las de menor poder adquisitivo, amarillas.
La división de los pobres con la clase más beneficiada se notaba notoriamente.
Los menos favorecidos gozaban únicamente del agua potable, y aunque la compañía
no les dejaba faltar nada, lo que les otorgaba por un lado, se lo sacaban por
otro. Ellos tenían tienda, almacén, farmacia, correo, todo -continúan los
recuerdos de Miño- de allí como dije primero, se desencadena la muerte del
"caudillo" Lamazón, ya que su apoyo a la mayoría de los trabajadores,
no le convenía a La Forestal, por eso había que eliminarlo. Ellos violaban las
leyes y negaban lo que correspondía por sentido común, a la población
entera". -Así fue el comienzo de una historia contada tantas veces pero de
la que siempre es posible despuntar imágenes desconocidas. Más de setenta años
en la búsqueda del "oro colorado", al decir de Don Manuel, que
recordó que también venía por el ferrocarril a Esperanza, para la vieja
curtiembre que aprovechaba los métodos naturales para el curtido de sus cueros.
Guillermina, en el "Chaco santafesino", como Villa Ana, Las Mercedes
y otros sitios, obrajes despertados a una ambición extranjera desmesurada y
luego librados a su suerte. Desde aquella vez, estos perduran por la buena
voluntad de los que empujan el carro de la realidad queriendo ser un nuevo
amanecer, y no solamente letra de un argumento que hable de olvido y soledad

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